Amelia Earhart

La intrépida aviadora batió récords, y se convirtió en un símbolo de valentía en el aire, antes de desaparecer entre el cielo y el mar.
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Foto tomada después de que Earhart estableciera un récord de altitud de 5613 metros en un autogiro Pitcairn-Cierva el 8 de abril de 1931.
1897-1937
Volar en solitario miles de kilómetros a través del Atlántico en un avión que traqueteaba, sin ningún equipo moderno de navegación, requería coraje, talento y un espíritu fuerte. En los años 20 se pensaba que solo los hombres podían lograr tales hazañas, antes de que apareciera Amelia Earhart: era alta y delgada, con pelo corto y barrido por el viento, y una mente intrépida. Nació en 1897 en Atchison, Kansas, y se atrevió a hacer lo que las mujeres de la época no hacían. En 1921, a la edad de 24 años, compró su primer avión. Un año después impulsó el biplaza abierto con solo 60 caballos de fuerza hasta 4267 m, y estableció el récord de altitud entre las mujeres.

En 1928, Amelia Earhart fue la primera mujer en cruzar el Atlántico, solo un año después del vuelo récord de Charles Lindbergh. Aunque el viaje desde Terranova, Canadá, a Gales, Reino Unido, duró 20 horas y estuvo lleno de duras condiciones climáticas, Earhart no estaba orgullosa del logro: "Solo era un equipaje, como si fuera un saco de patatas" La aviadora prefería claramente el asiento del piloto. En agosto de 1928, se convirtió en la primera mujer en volar sola en un viaje de ida y vuelta a través de América del Norte. Quería que las mujeres tuvieran un acceso igualitario a las profesiones tradicionalmente masculinas y que pudieran ganarse la vida como pilotos.
En 1929, Earhart cofundó las Noventa y nueve, un club que reunía
99 aviadoras pioneras que sigue en funcionamiento hoy en día, pero con muchos más miembros. Esfuerzos valientes como el récord mundial de altitud de 5613 m en 1931 la hicieron famosa y heroica.

Earhart desafió las nociones tradicionales de lo femenino. Antes de casarse con el editor George P. Putnam en 1931, le escribió acerca de sus ideas sobre el matrimonio moderno: "Quiero que entienda que no le exigiré ningún código medieval de fidelidad hacia mí ni me consideraré vinculada a usted de esta misma manera". Nunca dejó de volar: "no interfiera con el trabajo ni el juego de los demás".

El 20 de mayo de 1932, Earhart se convirtió en la primera mujer que voló sola sin parar sobre el Atlántico. 14 horas y 56 minutos después de haber despegado en Canadá, luchando contra los fuertes vientos, las condiciones de hielo y los problemas mecánicos, aterrizó en Irlanda del Norte. Para cruzar el Atlántico en dos ocasiones, utilizó un cronógrafo Longines. En ese momento, los relojes eran el único instrumento de navegación disponible. "Después de la medianoche, la luna se puso, y me quedé sola con las estrellas", escribió. "El atractivo de volar es el atractivo de la belleza, (...) la razón por la que los amantes del vuelo vuelan es el atractivo estético de volar."
La parte trasera y delantera del cronógrafo Longines de Amelia Earhart Este cronógrafo de un solo pulsador contaba con dos esferas auxiliares y estaba impulsado por el calibre 13.33Z. Con una caja de 35 mm, este modelo se produjo a partir de 1913. La parte trasera del Longines de Earhart está grabada: "Este reloj lo usó Amelia Earhart en sus dos vuelos transatlánticos y lo presentó a H.G.S. Jr. justo antes de su muerte". "H.G.S. Jr." hace referencia a Harry Gordon Selfridge Jr., propietario de los famosos grandes almacenes de Londres. Earhart lo conoció después de su vuelo transatlántico en solitario en 1932. Selfridge le regaló un reloj, y a cambio ella le dio el Longines que llevó durante sus travesías por el Atlántico en 1928 y 1932.
“ME QUEDÉ SOLA CON LAS ESTRELLAS”
Amelia Earhart en pie frente a su avión en Terranova, 14 de junio de 1928.
1922
22 de octubre: récord mundial de altitud para las mujeres piloto, 4267 m.
1928
17-18 de junio: primera mujer que vuela sobre el Atlántico, como pasajera, desde Terranova, Canadá, hasta Burry Port, Gales, en 20 h 40 min. 24 de agosto: primera mujer que realiza un vuelo de ida y vuelta en solitario a través del continente norteamericano.
1930
5 de julio: récord mundial de velocidad femenino, con 291,6 km/h.
1931
8 de abril: récord de altitud de los autogiros (aviones con palas horizontales de rotación libre y una hélice) para hombres y mujeres: 5613 m.
1932
21 de mayo: primera aviadora y segunda persona que vuela en solitario sin parar a través del océano Atlántico, desde Terranova (Canadá) hasta Irlanda del Norte, en 14 h 56 min.
1937
17 de marzo: vuelo de Oakland, California, a Honolulu, Hawái, en 15 horas y 47 minutos, en el que se establece un récord de velocidad en los vuelos de este a oeste.
Amelia Earhart con su distintivo estilo (1928). En ese momento, se suponía que las mujeres no debían llevar pantalones.
Volar alrededor del planeta cerca del ecuador, un viaje de 47 000 km, estaba destinado a ser el proyecto final de Earhart. "Las mujeres, al igual que los hombres, deberían tratar de hacer lo imposible", dijo una vez. Earhart y su piloto Fred Noonan partieron de Miami, Florida, el 1 de junio de 1937. Tras hacer escala en Hispanoamérica, África y Asia, el 29 de junio de 1937, llegaron a Papúa Nueva Guinea. Tres días después despegaron para realizar el último tramo, con una parada prevista en Howland, una pequeña isla del Pacífico, a medio camino entre Hawái y Australia. Después de 19 horas en el aire, Earhart informó por radio a un barco estadounidense cercano a Howland que tenían "media hora de combustible y ningún sitio en el que aterrizar".
El último mensaje que enviaron decía que estaban dando vueltas, pero no pudieron localizar ninguna nave. Poco después, el bimotor Lockheed Electra de Earhart y su tripulación desaparecieron. La Marina salió a localizarlos, pero no se encontró ningún rastro. Ni siquiera la reciente expedición de búsqueda en agosto de 2019 dirigida por Robert Ballard, famoso por localizar los restos del Titanic, no encontró pruebas del avión de la aviadora desaparecida.

Amelia Earhart había dejado a su marido una carta con un presagio: "Sepan que soy muy consciente de los peligros. (...) Las mujeres deben tratar de hacer las cosas del mismo modo que han hecho los hombres. Cuando fracasan, su fracaso no debe ser más que un desafío para las demás".
Amelia Earhart posa en su traje de vuelo, 1 de noviembre de 1928.